Argenis González On 11 marzo, 2014

    
 El Maratón, Una de las pruebas físicas mas difíciles para cualquier atleta, en esta carrera de resistencia el deportista recorre exactamente 42.195Km, aproximadamente la distancia de 350 campos de fútbol. Los corredores que se preparan para esta prueba tan difícil se someten a duros entrenamientos donde la constancia y la disciplina son indispensables para lograr el éxito, en un plan de entrenamiento de 12 semanas el atleta puede llegar a correr mas de 830Km, forzando su resistencia hasta el límite, sin mencionar el rígido plan de alimentación que le permite a su cuerpo reponer las energías después de cada sesión de entrenamiento. Durante el tiempo en el cual se está preparando para la carrera, el atleta tiene que abstenerse totalmente de consumir cierto tipo de alimentos que en nada favorecen su rendimiento, la comida chatarra es algo que debe desaparecer de su mesa, así como las golosinas, deben privarse de ciertas actividades que no les permitirían rendir el cien por ciento a la hora de entrenar, acostarse a altas horas de la noche y dormir hasta tarde en la mañana son cosas que no deben permitirse si quieren ganar la carrera. La alimentación, el correcto descanso y la disciplina a la hora de seguir el entrenamiento son claves si se quiere obtener la victoria. 

          El apóstol Pablo nos dice que: "Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder" (Vers. 25). Y usa esta analogía para enseñarnos que en la vida espiritual para lograr el éxito también necesitamos disciplina. Disciplina a la hora de estudiar la palabra de Dios, disciplina al momento de orar, disciplina cuando es tiempo de ir y predicar de Jesús, estamos en una carrera hacia la canaán celestial y Dios  es nuestro entrenador, Él tiene un plan de entrenamiento para cada uno de nosotros que si seguimos con disciplina y constancia, nos llevará sin duda al triunfo en el ámbito espiritual, Él te promete su Santo Espíritu cada día para poder resistir las tentaciones que lleguen a tu vida, Él desea verte cada día esforzándote por tener una relación con Él. Recuerda que no estás en esta carrera para recibir un premio de poco valor, la corona de la vida espera por aquellos que no solo hayan decidido por Cristo sino que también hayan perseverado en el camino hacia el cielo! 
     

     No olvides que tu meta es el cielo, y allí estará tu amado Jesús para recibirte y darte  tu premio, tu corona, una incorruptible, esa que no se echa a perder, esa que Él anhela dar  a todos aquellos que hayan perseverado hasta el final.

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